Cuando nos convertimos en padres,
nuestros hijos se transforman en nuestra prioridad, algo que no está mal, siempre
y cuando no dejes de lado a tu pareja.
Con la llegada de tu pequeño, te
viene el paquete completo, eso incluye el stress y el mal humor en la pareja,
bien sea por las malas noches que pasan o por el poco tiempo que tienen ahora
de estar solos y disfrutar de una intimidad. Esto puede afectar mucho en una
relación, al punto de desgastarse, de marchitarse y de separarse. Pero en
ustedes está el secreto, el tip, la puertita de luz para que esto no pase.
Gracias a Dios mi esposo es de
aquellos padres que disfruta todas las actividades que uno hace con su hijo, en
realidad es un niño más cuando se trata
de jugar y participar en la crianza de Lucciano, así que en ese aspecto no hay
problema, la pasamos súper cada vez que salimos con nuestro hijo.